miércoles, 5 de noviembre de 2008

Por una miqueta de rosa mosqueta...

Cómo deciros que sois como una fragancia eterna en la noche de los tiempos, un aroma que refresca los jardines de mi pecho o un oasis para mis sentimientos. Un spa para mi corazón y las penas sin remedio, ¿cómo expresar lo que me arrasa por dentro? No sé, tal vez podría escribir en el viento unas palabras que definan cómo es el tacto de sus pechos o describan el sabor de su espalda al contacto con mi aliento. El sonido lento de esa respiración mientras yo la observo despierto, disfrutando de cada gesto, de su cara y de esos ojos abiertos. La expresión de sus labios cuando dejan entrever la lengua, poniendo esa carita de ingenua inocencia mientras muestras trocitos de esa niña que lleva dentro, dulce, curiosa, tierna y caprichosa, pero siempre encantadora... quizás será que hay cosas que son tan grandes que por grandes son innobrables y así deben permanecer, intactas e inalcanzables. Porque poner nombre a algo lo desvirtua, pierde esa magia que le da el hecho de no haber sido nombrado jamás, se le despoja de su fresca e innata inocencia que le confiere su naturaleza etérea y abstracta. Polladas, tan sólo quería decirle, y con todo mi respeto, cuánto la quiero, lo demás, puro relleno.

...A...

0 comentarios: