Derramadas al viento son como las hojas secas que recuerdan una vez más que no somos nada en este bosque colorido. Esparcidas sobre el agua no son más que ilusiones pueriles y vanas que desembocan al solitario mar del olvido. Pero puestas en su boca... puestas en su boca son gloriosas, como perlas adornando la tersura de sus labios mientras el rostro se adormece marchitándose en mi memoria.
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Caballo viejo.- Simón Díaz
Hace 8 años