Una pena me aflige y, atravesando mi cuerpo dolorido, me recuerda todo lo efímero de este puto sinsentido. Maldita sea la emoción que más oprime y que más desgasta, que arrasa con la alegría, invadiéndome (ay...!) hasta el alma -un porro "pa" mi garganta- La cosa se matiza, ya no es tal la paliza, comenzamos a superarlo virando hacia algo más liviano. La brisa de la noche parece limar lo que llagaba mi pensamiento -una llamada- Y todo se descarga, la insoportable levedad del ser que hasta entonces me aplastó, recobra su forma habitual y se materializa en la razón.
...A...
Barbate, el bello pueblo de la solidaridad
Hace 7 años