jueves, 27 de diciembre de 2007

Jodida navidad

En estas fechas existen dos tipos de personas, las que adoran la navidad y las que, por contra, la odian. Las primeras la ven cómo una época de amor y felicidad, marcadas por el nacimiento del niño Jesús y yo me pregunto ¿cómo saben que el niño Jesús nació el día 24 de diciembre? En aquella época los registros de natalidad no eran muy fiables, cosas de la iglesia. Ayer me enteré que en realidad la celebración de la navidad proviene de una fiesta pagana, la cual daba la bienvenida al Solsticio de invierno y que, con la excusa de las bajas temperaturas, propiciaba la unión de la familia y amigos alrededor del fuego. La santa iglesia apostólica y romana, para no ser menos, la hizo suya como todo lo que puede hacer suyo. Avaricia, poder y dinero debería ser su lema. Después viene el tema de los regalos, ¿es que no tenemos durante el resto del año tiempo para regalar? ¿no se queda mejor regalando cuando no lo hace el resto del mundo? ¿Por qué la gente se empeña en comer ciertos manjares, digamos por ejemplo el marisco o el jamón, cuando está precisamente más caro? La cosa está en que la peña se gasta una pasta gansa en estupideces que no necesita mientras gran parte del hemisferio sur, relegado a la hambruna por el hemisferio norte, está exento de cosas tan necesarias como las medicinas para paliar las enfermedades provocadas en gran parte porque tampoco tienen agua potable, sirva como dato que 1, 5 millones de niños mueren al año por beber agua contaminada. En fin, cosas tan básicas para nosotros que ni le prestamos atención. ¿No sería mejor emplear todo ese dinero que malgastamos estúpidamente en algo más caritativo? ¿No sería la cuesta de enero menos cuesta arriba si el dinero que se emplea (o tira, según se mire) se hiciera en algo que de verdad importa y no en gilipoyeces tales como el teléfono último modelo o la muñeca que caga y mea para una niña que tiene el cuarto de juguetes hasta arriba? ¿Y con todo el dinero que se gasta en iluminación navideña en las calles, amén del derroche energético que ésta supone, cuando estamos con el agua al cuello con el tema medioambiental? No sé, creo que la hipocresía de la gente en estas fechas es inversamente proporcional al dinero que se gasta en la navidad, es decir, elevadísima. Ni que decir tiene que soy de los que odian la navidad, ¿y tú, de quién eres?

Dejo este enlace para que quien quiera ver la verdad que la vea...
http://www.soloporgracia.galeon.com/aficiones1368185.html

“El que tiene oído, oiga...” Apocalipsis 3:6