lunes, 18 de febrero de 2008

Zandeces

A menos de un mes vista regresarán las aguas a su cauce, o eso esperamos, para que podamos dejar de oir las barbaridades de la derecha más retrógrada de la España social de ZP. Día sí y día también se le ocurre una nueva lindeza al candidato derechón. Si no quedóse tan ancho proponiendo la prohibición de la adopción a parejas homosexuales, reconociendo así la incapacidad de aceptar la pluralidad y la comprensión social que necesita un partido político hoy día, salta ahora a la palestra con rebajar la edad penal a ¡¡¡¡12 años!!!! Sí, a doce añitos, ¿en qué cabeza cabe una aberración así? No puede ser en otra que la de un fascista intentando imponer el castigo como método, más que la educación de base que es lo que realmente está fallando. Exijo más mano dura contra los corruptos urbanísticos, esos que se llenan a manos llenas los bolsillos con los dineros de los pobres intrépidos que se arriesgan a hipotecarse a 50 años, por unas casas sobrevaloradas en algunos casos en más de un 50%, contra los desfalcos, la pederastia eclesiástica y ladrones de guante blanco, que de esos en este país hay muchos, y dejen a los niños en paz. Quiero dejar de oir a petulantes como Arias Cañete decir cosas como que los inmigrantes no le ponen un café como los camareros de antaño, qué desfachatez más señoritinga y rematadamente capitalista, de un inmisericorde "caballero" que quizás no sepa ni poner una cafetera porque a él se lo han dado todo hecho desde que era un polluelo del ala dura. No tiene ni en cuenta que muchos de ellos han vivido un infierno hasta llegar aquí, arriesgando incluso su vida, para poder conseguir un trabajo de esos que aquí ya nadie quiere, como labores en el campo, construcción o en la hostelería, malpagados y explotados en la mayoría de los casos. Pero la culpa de esto no es del inmigrante por no saber, sino del empresario por querer pagar poco para que haya mayores márgenes de beneficios, una cultura que nos viene dada por la misma ala derecha de este país. Señor empresario, si quiere trabajadores inmigrantes cualificados ayúdelos a formarse y, por supuesto, págueles lo que merecen, que aunque aquí la sanidad sí es gratuita, al menos podrán ayudar a que sus familias puedan tenerla en su país de origen, ya que muchos de estos inmigrantes viven separados de ellas, por y para ellas.