martes, 1 de mayo de 2007

Del infierno al cielo en dos párrafos...

Cuando aun me queda un mes y medio para empezar a disfrutar de mis vacaciones, puedo decir que este año ha sido, sin lugar a dudas, el más provechoso y sensato de mi vida. Y es que desde el verano pasado, más exactamente, desde julio de 2006, el sentido de mi existencia dio un giro de ciento ochenta grados. Anduve perdido durante poco más de dos años consecutivos, llegué a pisar el suelo del infierno, ese del que dicen está construido de buenas intenciones (?), y casi beso al diablo en una mejilla, me faltó poco para acabar maldito para toda la eternidad. Y es que, si no es porque ya no pude llegar más allá, el fuego me quemaba por dentro y por fuera, habría terminado removiendo ascuas a vete tú a saber qué clase de demonios.

Pero eso no ocurrió, quizá tardé un poco en darme cuenta de que ese no era el camino, aunque a veces, es decir, siempre me hacía creer que así era, porque más vale tarde que ciento volando aunque ande yo caliente o la mona se vista de seda. Mil y un argumentos me valían, exactamente el mismo número por los que ahora no me valen, y es que ya me lo dice mi padre, debí estudiar derecho... Soy capaz de convencer a cualquiera de cualquier cosa, puedo estar en ambos lados y los dos parecerme correctos, el cielo o el infierno, la playa o la montaña, el blanco o el negro, todo depende de las circunstancias.