jueves, 15 de mayo de 2008

Cascarón de huevo...

La vida pasa, y pasa deprisa, tanto que a veces da vértigo. Y no entiendo cómo a pesar de saberlo nos empeñamos en infundirle aun más velocidad a través de las tareas diarias. Ve al trabajo, haz la compra, prepara la comida, pon la lavadora, saca al perro, come, recoge la cocina, haz la cama, tiende la ropa, vuelve al trabajo, regresa a casa y vuelve a sacar al perro, limpia un poco, ve al gimnasio, dúchate, cena, vuelta a sacar al perro y, si aun te queda tiempo, tómate una cervecita con los amigos. Uf! tantas cosas en tan pocas horas hacen que no podamos ni siquiera pararnos a pensar, sí, a pensar, ese verbo que según la RAE consiste en imaginar, considerar, discurrir, reflexionar, examinar con cuidado algo para formar dictamen e intentar o formar ánimo de hacer algo:

"Yo me imagino un mundo que considere, respete y promueva que discurrir sea la manera de reflexionar acerca nosotros y sobre lo que nos conviene, para poder dictaminar cuál es el camino correcto en cada momento y así podamos formar el ánimo de hacer algo por nuestra propia persona. Basta ya! Que nos dejen pensar, que no nos digan cómo hemos de vivir nuestra propia vida. Déjennos imaginar un mundo mejor."

El poder de la imaginación es infinito, y como tal no tiene límites ni fronteras, ni entiende de razas o colores y es, además, el motor de la humanidad. La imaginación va siempre acompañada por la curiosidad, linda cosa es esa cualidad innata que nos impulsa a experimentar y a aprender hasta el final. Aprovechemos ese bien que nos ha sido otorgado y que nunca nos podrán arrebatar para conseguir todo lo que podamos desear y, en caso de no conseguirlo, poder inventar nuevos sueños, nuevas metas que alcanzar, porque siempre las habrá. Y no me refiero a comprar un coche mejor, ni a una casa más grande. Lo que debemos imaginar no cuesta dinero, no se paga con tarjeta ni es tampoco un producto consumible que pase de moda; se trata de imaginar que no somos parte de un engranaje de una compleja maquinaria, que somos seres independientes y libres de hacer lo que queramos... Que las reglas de este juego no las hemos decidido nosotros sino el ciego poder del dinero y que sin él podríamos vivir igual o mejor, seámos cascarón de huevo. Creer que somos capaces de abstraernos de todo este tinglado es el primer paso para conseguirlo, y somos capaces de hacerlo. Hemos sido capaces de tantas cosas a lo largo y ancho de la historia que no sabría por dónde empezar. Considero que el primer gran paso que dio el hombre fue la invención de la comunicación, y no costó ni un duro, oiga! y cuántas cosas nos proporciona. Como la música, por ejemplo. Se puede imaginar alguien la vida sin música, porque yo no. Imaginamos un mundo de color y lo conseguimos, la pintura, el arte... todo aquello fue creado a partir de la nada, sólo porque se usó la imaginación. Tenemos una herramienta que es más potente que cualquier otro utensilio, la cabeza, no la abandonemos a su suerte, cuidémosla, utilicémosla, todo el poder está dentro de nosotros y a veces no lo queremos ver. Abramos los ojos, vaciemos la mente de todo lo inútil aprendido hasta ahora porque ya no nos será útil en el mundo que imaginemos, en el cual podremos volver a nacer. Nunca es tarde para intentarlo.