El nacimiento de Venus

Siempre me pregunto de dónde me vendrá tanta fascinación por la Belleza, por qué siempre ando tras ella, buscándola a través de los versos que escribo, recorriendo largos caminos sólo aptos para mentes abiertas, escudriñando cada detalle para sacarle su lado bueno, bonito o, en este caso, bello. La definición de la Belleza según la R.A.E.:
Belleza
1. f. Propiedad de las cosas que hace amarlas, infundiendo en nosotros deleite espiritual. Esta propiedad existe en la naturaleza y en las obras literarias y artísticas.
2. f. Mujer notable por su hermosura.
Si hablamos con una mujer notable por su hermosura que, además, infunda deleite espiritual y nos haga amarla, ya podemos sentirnos afortunados, porque estaríamos hablando, no con una belleza de la segunda definición del diccionario, sino con la Belleza personificada, la que abarca ambos epígrafes, todo un golpe de suerte, amigo/a.

Un consejo acojonante...

"No te fíes de esta realidad que vivimos, todo es un sueño que en cualquier momento puede fragmentarse, busca la Verdad más allá de lo común y, más que encontrarla a ella, te encontrarás a ti en ella: la materialidad simple, el Académico y los suyos ya nos han enseñado que sólo es un peldaño hasta alcanzar el universo de la belleza absoluta, el Sumo bien, lo Uno…tu arte sólo es una indicación de la ruta a seguir, no la ruta misma, es imperfecto y variable…"

Ficino a Sandro Botticelli, enamorado de Simonetta Vespucci (su modelo en la Venus)

¿Positivo?

Aparentemente soy un barco a la deriva, un solitario junco sin lugar, flotando en las aguas de la incertidumbre, sin saber bien adonde va. Aparentemente, y sólo aparentemente, soy como vos, sonrío a la serena belleza del amor, en el trabajo no me va nada mal, me siento más pleno que nunca, pero tengo ganas de llorar. Realmente sí que me importa que me mires al pasar y, ¿por qué no? poderte mirar, sin pensar que ya no soy de nadie, ni miedo tengo de "ná" y es que el mañana, aquel inevitable compañero, de nuevo me vendrá a llamar...

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