martes, 16 de octubre de 2007

La primavera besaba suavemente la arboleda.
Las nubes iban pasando sobre el campo juvenil...
Bajo ese Almendro florido, todo cargado de flor -recordé-,
yo he maldecido mi juventud sin amor.
Hoy, en mitad de la vida me he parado a meditar...
Juventud nunca vivida, quién te volviera a soñar!

(A. Machado)

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